Salazones a lo largo del tiempo: una técnica ancestral que perdura
La salazón es uno de los métodos de conservación más antiguos de la humanidad. Su uso se remonta a la Edad de Bronce, cuando ya se vendía la sal para conservar pescado—una práctica indispensable para facilitar su transporte y consumo.
Orígenes antiguos: China, Mesopotamia y Egipto
Existen registros en China del tercer milenio antes de Cristo y en Mesopotamia del segundo milenio a.C., donde se salaban carnes y pescados. Incluso se elaboraba una salmuera llamada “Shiqqu”, precursora del garum romano. En Egipto ya se curaban carnes e incluso huevas de mújol con sal.
Los fenicios, romanos y la expansión mediterránea
Los fenicios, hace más de 2.500 años, fueron pioneros en comercializar salazones en el Mediterráneo, mientras que en la época romana esta técnica alcanzó su auge con factorías conocidas como Salsamenta. Se localizaban en el sur de España (Sexi, Abdera, Cartagena, Gadir) y utilizaban ánforas para transportar el pescado curado.
Salazones en la península: tradición que persiste
Tras Roma, visigodos, árabes y judíos continuaron con esta práctica, que posteriormente se reforzó con el Cristianismo y la Cuaresma. Hoy, las anchoas de Santoña, la mojama de Barbate o la hueva de mújol del Mar Menor siguen siendo deliciosos ejemplos de esta tradición artesanal.
Salazón: tradición, sabor y cultura
Esta técnica no solo conservaba alimentos, sino que enriquecía sabores, fortalecía texturas e inhibía bacterias. Aunque los métodos modernos han reducido su uso práctico, los salazones perduran como patrimonio gastronómico en muchas regiones.
El papel de CICAP en la valorización de esta tradición
En CICAP, Centro Tecnológico Agroalimentario, valoramos el legado de los salazones como parte del patrimonio culinario y cultural. Nuestro interés va más allá: investigamos sus propiedades, colaboramos en su innovación y apoyamos al sector con:
- Análisis sensorial y microbiológico de productos tradicionales de salazón.
- Asesoramiento para preservar calidad y seguridad alimentaria en elaboraciones artesanales.
- Transferencia tecnológica y formación para productores que desean mantener autenticidad y perfección técnica.
Conclusión
La salazón es un testimonio de creatividad humana y adaptación cultural. Desde los pescadores de la Edad de Bronce hasta los productores actuales, esta técnica ha sobrevivido gracias a su utilidad, sabor y tradición. En CICAP trabajamos para que esta herencia siga evolucionando con seguridad, calidad e innovación.
¿Trabajas con productos salados artesanales o tradicionales? Contacta con CICAP para explorar cómo podemos apoyar tu producción.
